El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció hoy el inicio de una nueva iniciativa militar que busca erradicar las organizaciones narcoterroristas en la región. La misión, ordenada por el gobierno de Donald Trump y dirigida por el Comando Sur, tiene como objetivo principal proteger al país de las drogas que están causando estragos en la población estadounidense.
A través de su cuenta en la red social X, Hegseth explicó
que la operación, denominada ‘Lanza del Sur’ (South Spear), será coordinada por
la Fuerza Conjunta Southern Spear y el Comando Sur de EE.UU. El funcionario
enfatizó que la iniciativa busca defender la seguridad de la nación, eliminar
amenazas narcoterroristas en el hemisferio y evitar la entrada de drogas que
ponen en riesgo a la población estadounidense.
Un despliegue militar sin precedentes en el Caribe
El martes pasado, el portaaviones de guerra más grande del
mundo, el USS Gerald R. Ford, se incorporó a las operaciones militares de
EE.UU. en el Caribe, en una zona bajo influencia del Comando Sur. Según las
autoridades militares, esta acción responde a la orden presidencial de
desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y contrarrestar el
narcoterrorismo, con especial énfasis en las costas venezolanas.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, afirmó que la
presencia del portaaviones fortalecerá las capacidades de Estados Unidos para
detectar, monitorear y desactivar actividades ilícitas en la región. Con una
tripulación que supera los 4,000 marines y una flota de aviones tácticos, el
USS Gerald R. Ford puede lanzar y recuperar aviones simultáneamente desde su
cubierta de vuelo, lo que lo convierte en una plataforma militar de alta
eficiencia.
La ofensiva militar estadounidense contra Venezuela
Desde agosto, Washington ha incrementado su presencia
militar frente a las costas venezolanas, movilizando buques, submarinos,
aviones de combate y tropas, en una estrategia justificada por las autoridades
estadounidenses como parte de su lucha contra el narcotráfico. Se han llevado a
cabo diversos bombardeos en el mar Caribe y en el océano Pacífico, dirigidos a
supuestas embarcaciones con drogas, dejando varias víctimas fatales.
A pesar de las acusaciones sin pruebas concretas, el
gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado que estas acciones forman parte de una
campaña de agresión y desprestigio. Maduro sostiene que Washington busca
justificar una invasión y manipular la situación para apoderarse de los
recursos petroleros del país, que posee una de las mayores reservas del mundo.
Venezuela ha rechazado categóricamente las acusaciones y ha llamado a la
comunidad internacional a entender que se trata de un intento de agresión.
Respuesta venezolana y condena internacional
Las autoridades venezolanas, incluyendo al canciller Yván
Gil, han rechazado las llamadas de la ONU para reducir las tensiones y han
señalado que la situación no se trata de un conflicto bilateral, sino de una
invasión encubierta. Gil instó a la comunidad internacional a reconocer la
verdadera naturaleza de las acciones estadounidenses, calificándolas como una
violación a los principios del derecho internacional y anunciando que Venezuela
tomará medidas en defensa de su soberanía.
El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, ha
hecho un llamado para proteger el Caribe como una zona de paz, alertando sobre
las graves consecuencias que podría tener un conflicto bélico en la región.
Desde el punto de vista de Caracas, las operaciones militares de EE.UU. son un
pretexto para promover un cambio de régimen y apoderarse de los recursos
petroleros del país, que representan una de las mayores reservas mundiales.
Reacciones internacionales y rechazo a las acciones
estadounidenses
Diversos países y organismos internacionales han expresado
su rechazo a las acciones militares de EE.UU. en Venezuela. El ministro ruso de
Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó que las medidas de Washington
solo generarán más inestabilidad y calificó de ilegales los abordajes y
bombardeos sin juicio previo. Asimismo, el representante permanente de Rusia en
la ONU, Vasili Nebenzia, criticó duramente lo que consideró una campaña de
presión y agresión contra un Estado soberano.
Organizaciones como la ONU, junto con los gobiernos de
Colombia, México y Brasil, han condenado los bombardeos y ataques contra
embarcaciones en el mar, catalogándolos como ejecuciones sumarias que violan el
derecho internacional. La comunidad internacional mantiene una postura crítica
frente a las acciones unilaterales de EE.UU., que parecen responder a intereses
políticos y económicos más que a una lucha efectiva contra el narcotráfico


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